El semanario L’Espresso publicó el último viernes una transcripción en la que el político multimillonario parecía alardear de unas tumbas situadas en los terrenos de su residencia en la isla.
En virtud de la ley italiana, los descubrimientos arqueológicos realizados en propiedades privadas deben ser declarados ante las autoridades para una inspección, catalogación y posible excavación. La oposición ha pedido que el Gobierno aclare el tema en el Parlamento.
“El primer ministro Berlusconi nunca habría hablado sobre el descubrimiento de 30 tumbas fenicias en su jardín, porque no hay nada allí ni se ha encontrado nunca nada parecido en la villa”, dijo Niccolo Ghedini, también legislador del Pueblo de la Libertad, partido de Berlusconi.
“Toda la zona fue objeto de un exhaustivo registro por parte de las autoridades judiciales hace poco, incluyendo la villa y el jardín. Puede llevarse a cabo otro registro en cualquier momento”, declaró.
El abogado ha negado reiteradamente la autenticidad de las cintas, calificándolas de “un producto de la imaginación” y advirtió que es ilegal su difusión o reproducción.
Berlusconi, un magnate de los medios, no ha negado que D’Addario fuera a su casa, pero sostuvo que no sabía que era una chica de compañía y que nunca ha pagado por sexo.
Después de que periódicos de todo el mundo publicaran detalles de las transcripciones, Berlusconi, de 72 años, intentó quitar importancia al escándalo esta semana con un comentario sarcástico.
“No soy un santo, todos lo saben”, declaró en la inauguración de un proyecto de autopista.
Un sondeo publicado el martes demostró que su tasa de aprobación había caído por debajo del 50 por ciento, por primera vez desde que ganó abrumadoramente las elecciones el año pasado.
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