“Solo me consideran cuando quieren en Perú”

Emilio Córdova, el Gran Maestro de ajedrez más joven del país, responde sobre su presente deportivo en México y sus planes futuros.El GMI Emilio Córdova levanta la mano para decir su verdad desde las lejanas tierras aztecas. Aclara que él se siente más peruano que el cebiche, pero que su país no lo ha sabido valorar pese a los logros que le dio, por lo que no descarta competir por otra nación. El joven ajedrecista nacional critica al titular de la Federación Peruana de Ajedrez (FPA), Milton Iturry, y al jefe del IPD, Arturo Woodman, de quienes dice no hicieron mucho por ayudarlo económicamente para ir al Campeonato Continental que se disputará en Brasil del 8 al 13 de agosto. Y, aunque no quiere hablar de su vida personal, sostiene que en México encontró el verdadero amor.

¿Cómo así decidiste vivir en México?
En México encontré trabajo y es donde estoy radicando desde noviembre con la idea de hacer mi propio camino. Doy clases de ajedrez un promedio de seis horas diarias a un grupo de 10 personas. Solo me dedico al ajedrez.

¿Vas a representar al Perú por última vez en el Continental de Brasil?
Nunca dije que había aceptado (representar a México). Solo dije que, en vista de tanta negativa, era una gran posibilidad representar a ese país. Mi sueño es defender la blanquirroja, pero no todos los sueños son realidad, a veces son fantasías, y todo parece indicar que no iré a Brasil porque la persona que me ofreció la estadía y el pasaje no confirmó nada.

¿Representar a México implica que te nacionalices mexicano?
No es seguro que lo represente. Tenía la esperanza de que las cosas en Perú cambiaran, pero veo con tristeza que no será así. Jugaré por el país que me dé chances de poder representarlo en torneos oficiales, ya que la FPA no me las da.

¿Qué beneficios te brinda México?
Me brindan el beneficio de poder trabajar y salir adelante por mí mismo.

¿Sientes que le faltaron el respeto a tu trayectoria al querer mandarte a Brasil con la condición de que tu estadía y alimentación corrieran por tu cuenta?
Siento que me consideran en todo como un “extra’, que solo me consideran cuando quieren. El IPD me quiere dar 300 soles, pero eso no alcanza.

Muchos pueden pensar que eres un “vendepatria’. ¿Qué les dirías a ellos?
Ja, ja, ja… Los que piensan eso no han hecho nada por su patria. Total, si el ingeniero (Arturo) Woodman (jefe del IPD) está contento con mi decisión y el señor (Milton) Iturry (presidente de la FPA) me dice desorientado, qué puedo esperar. Yo quisiera seguir jugando por Perú, pero creo que no me aceptan. Quizá cuando Iturry se vaya pueda reconsiderar mi decisión.

Iturry dijo que tú no reconoces el esfuerzo que el Estado hace por ti y que la FPA no es ninguna beneficencia.
Iturry es un incapaz para dirigir la FPA, esa es mi opinión, y espero que no me enjuicie por decir lo que siento. Claro que la FPA no es una beneficencia, solo reclamo lo que por derecho me gané. Esta directiva es la peor de todas las que han dirigido el ajedrez.

¿Te molesta que el señor Arturo Woodman se muestre indiferente en todo este problema?
No creo que el ingeniero Woodman tenga en mente al ajedrez, pese a los logros que esta disciplina le da al Perú. En lugar de tomar cartas en el asunto, el señor Woodman solo atinó a decir “que se vaya, es libre”. Pero, si yo hubiera ganado algo, seguro que estaría allí para felicitarme, para la foto.

¿Cómo va la relación con tu padre, de quien se dijo que te hacía apostar para su provecho personal?
Dije muchas cosas estúpidas. Una de ellas fue atentar contra la integridad de mi padre, quien dio su vida por intentar llevarme a la cúspide del ajedrez. Le agradezco inmensamente por todo y le ofrezco disculpas públicas por las cosas que dije de él. Gracias a su mano firme estoy donde estoy.

¿Tu novia también es ajedrecista?
No quiero hablar de ella, pero, bueno. Ella es de las pocas personas que me dio su alma a cambio de quererla. Me da una sonrisa a cambio de secar sus lágrimas, ella es mi fuente de inspiración y la dicha divina que Dios derramó sobre mí. No tengo suerte con el apoyo económico, pero, en lo espiritual, Dios me recompensó con ella.