La cantante británica fue acusada de agredir a una fanática durante un baile benéfico, pero un tribunal de Westminster la exculpó. “Estoy tranquila, vuelvo a casa”, dijo la intérprete de Rehab tras escuchar el veredicto. Winehouse, conocida por sus problemas de alcohol y drogas, se tomó muy en serio la acusación al parecer y abandonó sus acostumbrados trajes para aparecer en la corte vestida con un traje negro y sin mucho maquillaje encima.
La cantante, de 25 años, parecía no entender lo que el juez decía debido a que cuando escuchó el veredicto no tuvo ninguna reacción y después de que su abogado le comunicó lo que significaba, Winehouse se encogió de hombros y salió relajada de la sala.
“Estoy aliviada, vuelvo a casa”, aseguró Winehouse al salir del tribunal de Westminster.
Winehouse, que regresó recientemente de unas largas vacaciones en la isla de Santa Lucía durante las que trató de resolver sus problemas con la droga, siempre negó haber agredido a la bailarina Sherene Flash durante una gala benéfica organizada en Londres el 26 de septiembre pasado.
El juez estimó hoy que no disponía de elementos suficientes para condenar a Amy Winehouse. Flash había acusado a la cantante de haberle propinado un puñetazo en el ojo derecho cuando trataba de fotografiarla.
Winehouse argumentó por su parte que la joven se había precipitado hacia ella y la había rodeado con el brazo, pero aseguró que había apartado a la joven sin golpearla.
Ninguno de los testigos pudo afirmar que había visto a la cantante pegar a la admiradora.
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