miércoles, 29 de julio de 2009

Cocinera narra los últimos días de Michael Jackson


Kai Chase señaló que se dio cuenta de que algo extraño ocurría en la casa del Rey del Pop cuando su médico no bajó a recoger su desayuno. Chase dijo que se había acostumbrado a ver a Conrad Murray entrar y salir de la mansión. El médico solía llegar entre las 9 y las 9:30 p.m. y subía al cuarto de Jackson, y no volvía a verlo antes de partir, pero entendía que él pasaba allí la noche.

Por la mañana, cuando llegaba a trabajar, Chase dijo que veía al médico bajar las escaleras con un tanque de oxígeno en cada mano. Cuando Murray no bajó la mañana del 25 de junio, “pensé que quizás el Sr. Jackson quería dormir un poco más”, relató Chase.

“Comencé a preparar el almuerzo y entonces vi mi teléfono celular y era mediodía. A eso de las 12:05 o 12:10 el Dr. Murray bajó las escaleras corriendo y gritando, “¡Busquen a Prince!” Gritaba muy fuerte. Corrí al cuarto de estar donde los niños jugaban. Prince (el hijo mayor de Jackson) corrió a reunirse con el Dr. Murray y a partir de allí uno podía sentir la energía cambiar en la casa”, indicó.

“Caminé hacia el vestíbulo y vi a los niños allí. La hija estaba llorando. Vi paramédicos subir corriendo las escaleras”, añadió.

Entonces, dijo Chase, el pequeño grupo reunido – los niños, su niñera, un ama de llaves y Chase – se tomaron de la mano y empezaron a rezar. Mientras los paramédicos subían a la habitación, Chase recuerda, “Todos rezábamos, “Ayuda a que el Sr. Jackson esté bien””, anotó.

Indicó que alrededor de la 1:30 p.m. guardias de seguridad le dijeron a ella y otros empleados que abandonaran la propiedad porque el “Sr. Jackson sería trasladado al hospital”. Cuando salió, dijo, había ambulancias en el patio y se había congregado una multitud.

Chase, de 37 años, quien ha cocinado para otras celebridades y proviene de una familia del espectáculo, fue contratada por Jackson en marzo, se fue en mayo y regresó el 2 de junio. Dijo que el astro del pop se enfocaba en alimentos frescos y saludables para él y sus hijos.

La mayoría de los días, dijo, Murray le llevaba a Jackson los jugos de fruta que Chase le preparaba, seguido de granola con leche de almendras. Para el almuerzo, Jackson comía con los niños un menú que incluía cosas como ensalada de espinaca y pollo.

Murray a veces los acompañaba en la cena, que podía ser atún de aleta amarilla a la brasa. Dijo que el médico conversó con ella sobre la comida del cantante de 50 años y se aseguraba de que comiera.

La única rareza eran los tanques de oxígeno. Chase dijo que nunca preguntó el propósito de los mismos y no vio señales de que Jackson estuviera consumiendo drogas o delicado de salud.

“Normalmente en la mañana, él bajaba tanques de oxígeno de arriba, uno en cada mano”, puntualizó.

Al igual que Murray, Chase dijo que fue contratada para acompañar a Jackson a Londres y que la solicitud se le hizo por medio del hijo de 12 años de Jackson, Prince Michael II.

“Prince dijo, “Papi quiere que te diga que quiere que vayas a Londres con nosotros””, recordó. “Le dije: “Dile a papi que estaré complacida y honrada”, manifestó.

El 23 de junio, Jackson le habría dicho: “Ya empaqué y estoy listo para irme”. Dos días después, estaba muerto.

Fue el fin de un trabajo soñado en la vida de Chase, una época que empezó en marzo con una llamada del asistente de Jackson, Michael Williams. Le dijo que “un cliente” quería sus servicios como cocinera personal, pero no le dijo que se trataba de Jackson hasta después que aceptó.

“No podía creerlo”, expresó. “Le pregunté si estaba en “Cámara escondida””.

Pero antes de empezar a trabajar tuvo que pasar una prueba con otras tres personas: los hijos de Jackson.

“Fui a la casa y las primeras personas que conocí fueron los niños. Comenzaron a interrogarme”, dijo. “Me dijeron: “Nosotros comemos sano””.

Cuando los niños le dieron el visto bueno, comenzó a trabajar y “desarrollamos un nexo realmente maravilloso”.

La mayoría de los días, dijo, Jackson quería cenar y almorzar con sus hijos Prince, Paris, de 11 años, y Prince Michael II, conocido como Blanket, de siete. Antes de cada comida, Paris bendecía la mesa. Tras semanas de comida sana, dijo que le escribió a Jackson una nota con una sugerencia:

“¿Qué tal si hacemos platos tradicionales los sábados? Podríamos hacer pollo a la barbacoa y mazorca de maíz, quizás comida mexicana o “soul food” (comida típica de los negros del sur de Estados Unidos)”. Señaló que a Jackson le encantó la idea, pero que al acercarse la fecha de su viaje volvió a comer saludable los siete días de la semana.

“Dijo, “Soy un bailarín”, y quería alimentos que no le provocaran calambres mientras bailaba”.

Ahora atesora las pequeñas notas que recibió de los niños y de Jackson y un obsequio que éste le dio.

“Un día me dio una pequeña bolsa de regalo y dijo, “Esto es para ti de parte mía y de los niños”. Me había dado un iPod Touch porque los niños le dijeron que todavía tenía un Walkman. Tenía cargada la edición 25o aniversario del disco “Thriller””.

Chase dijo que ha visitado a los niños desde que Jackson murió y que ellos se encuentran bien. “Tienen muchos primos con quienes jugar”.

En cuanto a su futuro, adelantó que Jackson la exhortó a escribir un libro de cocina y que ha escrito uno tentativamente titulado “Fit for a King” (Digno de un Rey), que incluye recetas que preparó para Jackson y la historia del tiempo que trabajó con él.

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