El toque de queda nocturno establecido por el régimen de Roberto Micheletti y la tensión política alejaron a los clientes, así lo aseguraron diversas prostitutas.“No he podido hacer nada por el toque (de queda nocturno), siempre cuando vengo acá hago el “pisto” (dinero) y me voy a la casa, pero no he podido desde el golpe (del 28 de junio)”, dijo a la AFP Guadalupe Peralta, una prostituta de unos 35 años, mientras buscaba clientes en el Parque Central (plaza mayor) de Tegucigalpa.
“Cumplimos el oficio más antiguo que cumplen las mujeres y este mes la policía nos ha estado molestando por el toque” (de queda), añadió Peralta, quien vestía una falda larga blanca y blusa rosada.
“He tenido el mismo problema por lo mismo. No he podido trabajar desde el golpe”, agregó su colega Claudia Núñez, de unos 20 años, quien vestía ajustados pantalones blancos y una polera blanca con rayas celestes.
Ambas explicaron que cobran 200 lempiras (10 dólares) por sus servicios, pero el cliente debe pagar además 50 lempiras (2,5 dólares) por el alquiler del cuarto en la zona próxima al Parque Central.
Además de las prostitutas que buscan clientes en las calles del centro, en Tegucigalpa existen numerosos burdeles en la zona “caliente” de Belén y en la vecina ciudad de Comayagüela, que forma parte de la capital, explicó un taxista a la AFP.
Agregó que también existen servicios de prostitutas de alto nivel, que cobran unos 100 dólares o más, y cuyos clientes suelen ser turistas extranjeros que se hospedan en hoteles de lujo.
Por las noches, también ofrecen servicios sexuales algunos travestis en las calles cerca de los hoteles de turismo situados en el centro de la capital.
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