El Trapiche, un bar donde el oriente exótico se apodera de las frías noches limeñas. Los mitos de la selva presentan al Tunche como un demonio que aparece cada vez que llega la noche. Un diablo legendario que reclama la vida de aquellos intrépidos que se introducen en el espesor de la vegetación. Para demostrarle valentía, Rodolfo López creó un trago especial en su nombre: El Tunche Loco Sour, una de las combinaciones más exóticas y afrodisiacas que convierten a El Trapiche en un punto asediado por jóvenes – y otros no tan chicos–, principalmente los fines de semana.
BAR ECOLÓGICO. En las frías calles de Barranco, el rincón caluroso lo pone El Trapiche. La idea de crear el bar nació hace 12 años, en Huánuco.
“Es un negocio familiar porque nosotros cultivamos caña de azúcar. Por eso fabricamos nuestros propios macerados”, cuenta su propietario, Rodolfo López. El trapiche es un molino que se utiliza para extraer el jugo de frutos de la tierra. Los López se encargaron de sacarle el jugo a la caña de azúcar y emprendieron así una aventura familiar que llegó hasta las noches barranquinas.
“Combinamos el azúcar con diferentes macerados, como de orégano, cedrón, maca y hasta hierbaluisa, para crear tragos originales”, señala Rodolfo. El resultado de esas emulsiones, bautizadas con evidente espíritu carnal, fue un éxito: Rompe Calzón, Solita Cae, Súper Sexy, Arde Papi y el afrodisiaco conocido como Levántate Lázaro, hecho a base de maca.
A partir de la medianoche, la música –que va desde salsa hasta reggaetón– empieza a inquietar hasta al más retraído, armándose una pequeña fiesta entre las paredes ambientadas con un color madera que hace más acogedor al local. Ya a esas horas, en El Trapiche está prohibido andar triste.
Para mejorar:
* Pese a que el bar mueve a las masas juveniles, la pista de baile es demasiado pequeña. Además, los servicios higiénicos son muy reducidos y originan un gran caos cuando muchas personas los usan.
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