Los radicales islamistas dieron inicio a los combates. Iglesias y edificios gubernamentales fueron incendiados por grupos de militantes llamados “los talibanes de Nigeria”. Sin embargo, el presidente asegura que “la situación está bajo control”.Si bien el presidente nigeriano, Umaru Musa Yar’Adua, pidió ayer, a través de un decreto presidencial, que sus fuerzas de seguridad instaurara el estado de emergencia “para contener y repeler los lamentables e indignantes ataques de los extremistas”, hoy aseguró que “la situación está bajo control y creo que de aquí a que termine el día volverá el orden.” Señaló también que está en curso el asalto final contra el líder de los extremistas talibanes, Muhamed Yusuf.
Un policía que pidió el anonimato declaró hoy que “ayer, hemos contado 197 cadáveres de talibanes que fueron depositados en el recinto de la comisaría central (...). Los talibanes mataron a nueve policías.”
Por otra parte, los civiles, que han tenido que refugiarse en los barracones, también han podido hacer algunas denuncias y manifestar su temor a miembros de la prensa. Por ejemplo, Shafiu Mohamed, un habitante de Maiduguri, capital de Borno, aseguró que hombres armados quemaron vivo a un funcionario de aduanas y degollaron a un ingeniero que trabajaba en el complejo aduanero.
HISTORIA. Dichos enfrentamientos comenzaron el domingo pasado en los estados norteños de Bauchi, Borno, Kano y Yobe cuando la policía respondió a un ataque de militantes islamistas contra una comisaría.
Se trata de la violencia confesional más mortífera en Nigeria desde noviembre de 2008, cuando grupos de defensa de los derechos humanos dijeron que unas 700 personas fueron asesinadas dentro y alrededor de la ciudad de Jos.
El norte de Nigeria es fundamentalmente musulmán pero los extremistas surgieron en el 2004 en Maiduguri antes de crear una en la aldea de Kanamma, en Yobe, en la frontera con Níger, desde donde atacaron a avanzadas policiales y mataron a policías.
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