viernes, 31 de julio de 2009

ETA cumple 50 años de terror con recrudecimiento de su actividad


La organización se creó con el objetivo de la independencia del País Vasco, que denomina Euskalherria y amplía a la vecina región de Navarra. La organización terrorista ETA, de cuya fundación se cumplen 50 años, ha recrudecido su actividad violenta coincidiendo con esta fecha con dos atentados en menos de 48 horas, que suman dos fallecidos a su larga lista de víctimas.

Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salva, dos jóvenes agentes de la Guardia Civil española, son las últimas víctimas mortales de ETA, que hizo explotar este jueves una bomba en su vehículo oficial en la isla mediterránea de Mallorca, destino turístico de decenas de miles de europeos y de la familia real española.

El momento y el lugar elegidos para cometer este atentado, el segundo en poco más de 24 horas después de haber intentado una matanza con una furgoneta-bomba en Burgos (norte) un día antes, buscaba, según los analistas, una gran repercusión tras haber sufrido fuertes reveses por la labor policial y coincidiendo con el 50 aniversario de su fundación.

Su creación, el 31 de agosto de 1959 bajo la denominación de "Euskadi ta Askatasuna" (ETA, País Vasco y libertad), en plena dictadura del general Francisco Franco, fue obra de un grupo juvenil escindido del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que adoptó una retórica izquierdista.

El objetivo con el que se fundó, y que ETA sigue reclamando, es la independencia del País Vasco, que denomina Euskalherria y amplía a la vecina región de Navarra.

La organización no cometió su primer asesinato hasta casi una década después de su fundación. La primera muerte que se le atribuye es la del guardia civil José Pardines, el 7 de junio de 1968.

Desde entonces, casi 900 personas han sido asesinadas por ETA, que ha llevado a cabo además secuestros de políticos, empresarios y funcionarios, y que se financia a través de cartas de extorsión remitidas al empresariado vasco y navarro, que denomina "impuesto revolucionario".

El hecho de que surgiera en pleno franquismo y que en 1973 cometiera un atentado que tuvo una gran repercusión política con el asesinato del entonces presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco, que se creía destinado a suceder a Franco, aportó a la banda ciertas simpatías.

Pero su actividad terrorista se acrecentó coincidiendo con la transición española a la democracia tras la muerte de Franco en 1975, cuando se vivieron unos años negros, principalmente entre 1978 y 1980 en los que fueron asesinadas casi 300 personas, con atentados prácticamente cada semana.

A partir de 1981 hubo un descenso en la cifra de fallecidos pero siguieron los atentados.

En esa década, durante los Gobiernos de Felipe González, fueron creados los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), un movimiento terrorista clandestino organizado por personal del Ministerio del Interior para combatir a ETA y que asesinó a una veintena de personas.

Una década después, la llegada del Partido Popular (PP) al poder, con José María Aznar, que fue objeto de un atentado contra su coche en 1995, enfocó la estrategia contra ETA hacia su entorno político.

En 2002 se aprobó la Ley de Partidos que permite ilegalizar a aquellos que apoyan o amparan el terrorismo y que supuso la prohibición del brazo político de la banda, Herri Batasuna, y las demás formaciones sucesoras.

Esa estrategia política fue respaldada el pasado 30 de junio por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en la ciudad francesa de Estrasburgo, que rechazó el recuso contra su ilegalización presentado por Batasuna.

La presión sobre su entorno político y la colaboración entre las fuerzas de seguridad francesas y españolas -la cúpula etarra se esconde en Francia- ha llevado a ETA en la actualidad, según el Ministerio del Interior y los expertos, a un momento de gran debilidad que no elimina su capacidad de actuar.

En los últimos seis años, hubo un notable descenso de víctimas mortales (once fallecidos en total), y durante 2004 y 2005, los dos primeros años de Zapatero, no hubo asesinatos y ETA declaró una tregua en marzo de 2006.

Pero el 30 de diciembre de 2006, volvió a matar con un coche bomba en el aeropuerto Madrid-Barajas, atentado con el que ponía fin a la tregua aunque formalmente fue en junio de 2007 que dio por fracasado el intento de dialogo que había llevado a cabo Zapatero.

No fue la primera vez que un Gobierno español contempló la posibilidad de negociar con ETA. Anteriormente, Aznar también hizo una aproximación en esa dirección, que no llegó a fraguar, al igual que hiciera Felipe González al final de la década de los 80, en las llamadas conversaciones de Argel, que tampoco prosperaron.

Hoy, el portavoz parlamentario del gubernamental Partido Socialista, José Antonio Alonso, descartó que se pueda entablar una negociación con la banda, incluida en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea y con centenares de activistas recluidos en cárceles de España y Francia.

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